«Como voluntaria he podido comprobar la efectividad del acompañamiento escolar. Las niñas y los niños, cuando tienen cerca a alguien en quien confían, se sienten seguros, pierden el miedo a equivocarse y, por lo tanto, son más libres para pensar.
Ir superando retos los estimula a trabajar y les aumenta la autoestima. Lo demuestran con un gesto amable o una sonrisa. Es muy gratificante!».